El AMOR es una energía que no sólo está vinculada a la existencia humana, sino que es una de las energías fundamentales del Todo. Como tal está presente en todo lo que existe, incluidas las personas. Ahora bien ¿cómo vive cada persona el AMOR?
El ser humano es una entidad, consciente de su existencia y, en diferentes grados, consciente de su relación e interacción consigo mismo, con los demás y con el entorno. Como entidad cada ser humano forma parte del Todo y el Todo forma parte de él, pero esto no quiere decir que cada uno de esos seres humanos viva el Todo con la misma plenitud de consciencia. Hay diferentes grados de consciencia que, de manera sencilla, clasifico en cuatro: ego, consciencia + ego, consciencia y Espíritu, y cada uno de estos grados o niveles de consciencia favorece que se perciba y se viva esa energía llamada AMOR de una manera diferente. Analicemos esto:
El estadio egóico de consciencia es un nivel inicial, en el que la emocionalidad y su gestión son básicos, reactivos, basados fundamentalmente en la energía del Miedo, que no se debe confundir con los miedos. La supervivencia y la protección son las necesidades y el instinto, la protección, el poder y el orden las conductas predominantes, por lo que el rango de la energía de AMOR que puede ser vivido es el amor con minúsculas, un amor que, aun siendo lo único conocido para las personas que lo viven es limitado respecto al AMOR en el Todo. Esta manera de vivir el amor es la única que conocen, cuando se les presenta otra no son capaces de comprenderla y menos de asimilarla, por lo que muchas veces no les queda otra opción que negarla. Pondré un ejemplo: una chica le dice a su mejor amiga, con cierto orgullo, que su novio es celoso y que si la ve hablando con otro chico se enfada. Su amiga le responde que su novio no se pone celoso con esas cosas y que ella puede hablar con otros chicos sin que pase nada. A lo que la primera chica responde: “pues entonces es que no te quiere tanto”. En el primer caso estamos ante una manera de comprender y practicar el amor básica, de posesión y protección; cuando la segunda chica le expresa que ella y su novio viven el amor de otra manera, la primera responde que no le querrá tanto (negación de ese tipo de amor), porque para ella el amor es otra cosa, como he dicho, posesión, celos, protección, territorialismo, eso es lo que le hace sentirse amada. Ese nivel de amor es amor con minúsculas, y se puede proyectar no sólo hacia la pareja sino también hacia la familia, los hijos e hijas, las amistades, etc.
En este estadio egóico de consciencia el amor va unido al apego (necesidad de estar pegado a…) como una de sus cualidades, no pudiendo comprender que se puedan o se quieran vivir aspectos de la propia vida de manera independiente o alejada de la otra persona. Esto implica un estar y un hacer todo juntos, sea en pareja, sea en familia, y vivirlo como algo satisfactorio, lo que es sano cuando se está en fase de identificación, pero que puede resultar insano cuando se está en otras fases del desarrollo de la consciencia respecto al amor. Dado que aproximadamente el 80% de la población mundial vive en el estadio egóico, esta manera de entender el AMOR como amor está totalmente normalizado e integrado en la población, creando una masa crítica o un campo morfogenético del que resulta difícil sustraerse para quien decida que amar está impregnado de otras cualidades además (o aparte de) de las del estadio egóico. Sin embargo, no hay que perder de vista que sustraerse de las resistencias y luchas egóicas abre la puerta al campo de información trascendente, que sirve de atractor al avance de la consciencia hacia niveles más amplios, profundos y sabios, tanto con relación al AMOR como a otras energías presentes en la existencia, el planeta y el Universo. ¡Hay esperanza!
En el estadio consciencia + ego, algunos de los aspectos del amor se viven como amor y apego, mientras que otros aspectos son vividos como Amor y desapego. En el estadio consciencia el Amor y el desapego son la manera natural de vivir el amor. Este Amor, con la letra inicial en mayúscula, implica un modo de vivir el amor de pareja, filial, familiar o de amistad diferente al estadio anterior. El Amor es más libre, se ama de manera más amplia, profunda y generosa, hay menos exigencia, expectativa y demanda y se piensa en el beneficio de la otra persona además de en el propio. Pongo un ejemplo. Un padre dice que quiere lo mejor para su hijo y que por eso, si éste acepta estudiar la carrera de Medicina, está dispuesto a hacer un esfuerzo y costeársela en cualquier lugar de España, pero que si decide estudiar cualquier otra carrera sólo se la pagará en el lugar más cercano posible. El padre alude a que quiere lo mejor para su hijo y dado que es muy inteligente y puede lograrlo debe estudiar Medicina, mientras que el hijo quiere hacer Magisterio y es lo que decide hacer. Luego, a lo largo de los años, el padre no deja de reprocharle que podría haber estudiado Medicina donde quisiese. El amor del padre por el hijo es un amor egóico, condicionado, es amor (estadio egóico), pero no Amor (estadio consciencia). Si, por el contrario, hubiese costeado la carrera de Magisterio con las mismas condiciones de que la de Medicina, respetando la elección de su hijo porque lo que verdaderamente le importaba era lo que su hijo vivía en su corazón, aunque no necesariamente hubiese estado de acuerdo con ello, habría actuado desde un amor más consciente, generoso y libre, sin condiciones ni expectativas más allá del deseo del hijo, eso habría sido un acto de Amor (estadio consciencia).
En el nivel de consciencia Espíritu el amor es, en realidad, AMOR, es decir, un AMOR que ES en sí mismo, que trasciende los condicionamientos emocionales y mentales de los niveles de consciencia, totalmente conectado con la esencia de la Totalidad. Este AMOR, a mi entender, sólo es alcanzado por los y las grandes almas encarnadas, algunas de ellas en forma de maestros y maestras espirituales, otras en personas desconocidas que han pasado por la existencia con alguna finalidad menos llamativa pero no menos importante. Este AMOR trasciende el apego y el desapego, viviendo en el no apego, cuestión no entendida por la mayoría de las personas que, por su nivel de consciencia, identifican amor con apego, hasta el punto de que, si no hay apego, para ellas es que no hay amor. Se trata de relaciones humanas sin expectativas, demandas, ofertas, reproches y necesidades, impulsadas por el fluir y el ser y estar del aquí y el ahora.
A modo de resumen:
En el estadio egóico (prepersonal) el apego es necesario y está presente en la manera de entender el amor; en el estadio consciencia + ego (personal) comienza el desapego y el Amor, aunque todavía queda una parte de amor vinculado al ego; llegados plenamente al estadio consciencia (transpersonal), surgirá el desapego y el Amor de manera predominante. Por último en el estadio Espiritual (Espíritu) se alcanza el no apego y el AMOR, lo que permitirá el vacío que, ahora sí, puede llenarse de Totalidad, pues ese vacío que tanto se teme en los estadios anteriores, en el Espiritual se descubre como un Vacío Pleno, el lugar interior donde puede ser contemplada y sentida la Consciencia Cósmica Creadora.
La disolución de parte de la influencia egóica y el despertar de la consciencia favorecen los procesos de desapego. No hay que asustarse cuando amar no implique poseer, sufrir, necesitar o anhelar, esto es indicativo de que se están alcanzando aspectos del Amor en consciencia, un amor más cercano a la verdadera esencia del Todo, más cercano al AMOR de la Totalidad.