Alguna que otra vez, cuando he planteado a un o una paciente la necesidad de eliminar el sentimiento de culpabilidad de su vida, la respuesta ha sido: “pero…, un poco de culpabilidad también es necesario en la vida, ¿no?”.

Culpabilidad cero

 En mi opinión, sistemas religiosos, patriarcados, machismos y sistemas familiares ejercedores de poder y sometimiento, han conseguido que sus víctimas se hagan adictas al programa emocional de la culpa, que se convierte en una cárcel muchas veces invisible. Ahora, la pregunta es, ¿se puede eliminar por completo el sentimiento de culpabilidad? La respuesta es… sí, al cien por cien. Lo que en la consulta de Noray se conoce como “culpabilidad cero”.

Libro de instrucciones

Para empezar, quiero decir que la mayor parte de las personas que viven con este sentimiento en su libro de instrucciones no son conscientes de ello o bien lo dan por bueno o por inevitable. ¿Cómo es posible que un sentimiento tan dañino y tóxico sea considerado adecuado o sea vivido sin darse cuenta de ello?, porque se ha normalizado, automatizado y pasado al inconsciente.

Son numerosos los casos en los que le he señalado a una amistad o a un conocido “tú vives en la culpa y eso te mediatiza” y he recibido respuestas como “pero ¡qué dices, yo no me siento culpable de nada!” o “tú estás loco, yo nunca me he sentido culpable!” y, transcurrido un tiempo, meses o años, me he vuelto a encontrar con la persona y me ha reconocido que aquellas palabras eran totalmente ciertas. Así que, lo primero que hay que hacer para dejar atrás el sentimiento de culpabilidad es hacerse consciente de él. Te propongo que leas las siguientes preguntas con tranquilidad y las respondas. Aquí tienes un pequeño test que te dirá si vives en la culpabilidad o no. Advierto que “sentirse culpable por…” o “sentirse mal por…” son equivalentes en este pequeño cuestionario.

¿Sentimiento de culpabilidad en general?

¿Sentimiento de culpabilidad sobre cuestiones concretas?, ¿qué cuestiones?

¿Sentimiento de remordimientos?

¿Búsqueda del perdón, el castigo, la compensación o la excusa para no sentir la culpa?

¿Te sacrificas por los demás para no sentirte culpable?

¿Te sientes habitualmente en deuda emocional con otras personas?

¿Eres vulnerable al chantaje emocional?, ¿de quién?

¿Te cuesta perdonarte?

¿Cargas con culpas de otras personas?, ¿de quién?

¿Te dan lastima o penita muchas cosas?, ¿qué cosas?

¿Vives con la idea o el sentimiento constante de “no causar dolor a otros”?

¿Tratas de evitar sentirte culpable o “mal” y para ello te sometes a los demás y te violentas a ti misma/o?

Si has contestado a alguna de estas preguntas con un sí, deberías revisar dicho sentimiento en tu programación emocional, y no te digas que es lo normal o que todo el mundo se siente así, porque no es válido eso de “mal de muchos, consuelo de tontos”. El sentimiento de culpabilidad es un programa limitante, tóxico e insano que ha de ser transformado en su virtud opuesta para ganar en libertad, serenidad y consciencia.

Si el defecto (el alimento del ego) es la culpabilidad, la virtud (el alimento de la consciencia) es la responsabilidad, entendida ésta como el hecho de que cada persona tiene el derecho y el deber de “responder” de sus acciones. Esto implica que, si la persona es responsable de algo, ha de responder de ello, sea arreglándolo, explicándose o disculpándose, mientras que, si no es responsable de ello, puede optar por no implicarse. Esto se debe hacer a pesar de sentir culpa, que la mayoría de las veces se identifica con palabras como “me da cosa”, “me da cosita”, “me siento mal”, “me da pena”, “me da penita” y otras frases en la misma línea que, comúnmente, no se relacionan con la culpa, pero que no son otra cosa que disfraces que ésta se pone para no ser identificada fácilmente.

Así pues, la propia persona tiene el poder de elegir qué acciones toma frente a su responsabilidad, y esto depende de ella más que de los demás. En el caso de sentirse culpable, la persona necesita ser perdonada, castigada, excusada u ofrecer una compensación, de modo que se da el poder a los otros y se pierde el propio. Ésta es la gran diferencia entre responsabilidad y culpabilidad, la primera da el poder a la propia persona sobre sus acciones y su vida, la segunda otorga ese poder a los demás, haciendo que la persona viva en función de lo que los demás piensen o digan, de lo que les parece correcto o moral, de sus creencias, opiniones o gustos. La responsabilidad sobre uno mismo y sus acciones empodera, libera, hace crecer y evolucionar. La culpabilidad hacia los demás y sus creencias esclaviza, paraliza y violenta. ¿Cuál de los dos programas es más sano y consciente?

Pasos para dejar atrás el sentimiento de culpabilidad:

1º. Hacerme consciente de dicho sentimiento.

2º. Comprender cómo dicho sentimiento es un defecto, un alimento del ego y un aspecto limitante para mi vida en libertad, armonía y consciencia.

3º. Valorar en qué medida aquello de lo que me siento culpable es, verdaderamente, responsabilidad mía.

4º. Transformar cada momento de culpabilidad en una acción de responsabilidad voluntaria y consciente cuando sea necesario, en caso de que no lo sea, no debo hacer caso al sentimiento de culpabilidad y tampoco asumir ninguna responsabilidad.

5º. Repetir estos puntos con voluntad consciente, intensidad, frecuencia y duración durante meses, hasta que el programa de la responsabilidad tenga mayor carga neurológica que el de culpabilidad.

6º. Sostener en el tiempo estas acciones hasta que desaparezca totalmente la culpabilidad de mi vida.

7º. Si es posible, acudir a un terapeuta de Flores de Bach para que me facilite el trabajo con las esencias florales y el trabajo interior necesarios.

Desde nuestro centro de terapia emocional y desarrollo personal esperamos que este artículo y tanto otros como hemos escrito os ayuden a identificar las emociones y a conoceros mejor. No dudéis en contactar con nosotros para cualquier duda o necesidad de trabajo emocional. Es nuestro trabajo y nuestra pasión.

Recomiendo la lectura del artículo Uso de la esencia floral Pine, ya que en él se habla de cómo este remedio floral ayuda a trabajar el sentimiento de culpabilidad dentro de un enfoque terapéutico.

José Antonio Sande Martínez

Terapeuta emocional

Noray

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