El amor es muchas cosas al mismo tiempo: un impulso, una emoción, un sentimiento, un estado de consciencia… Cada persona tiene una manera de pensar, sentir y expresar el amor y ésta no necesariamente ha de ser igual a la de otras personas, incluidas los padres, la pareja, los hijos, etc.
Hay diversos factores que influyen en cómo vive el amor cada persona:
- Temperamento
- Personalidad
- Género
- Educación
- Ejemplo familiar
- Cuestiones culturales
- Cuestiones religiosas
- Cuestiones espirituales y…
- El nivel de consciencia
Un modelo sencillo de comprensión de los niveles de consciencia es la Pirámide de Maslow, que realiza la clasificación en función de las necesidades que la persona precisa cubrir en su vida para sentirse satisfecha. Otros modelos se basan en las emociones, las conductas, la visión trascendente de la vida, etc.
¿Cómo se percibe el amor y la vida en el primer escalón de la Pirámide de Maslow?
– Necesidades fisiológicas y básicas: alimentación, salud, respiración, descanso, sexo, cobijo, territorio…
¿Cómo se ofrece y se demanda amor en este nivel de consciencia?
El amor en este nivel de consciencia está vinculado a los aspectos antes señalados de supervivencia básica. En este sentido el hombre amará de una manera y la mujer de otra. Esto se debe a condicionamientos de especie y también culturales, educativos y del inconsciente colectivo. El amor en este nivel de consciencia tiene que ver con la capacidad de la persona de procurar sustento y alimentar, conseguir una vivienda y bienes materiales que aseguren la supervivencia, mantenerse con vida, satisfacer los instintos sexuales y de reproducción. Cubrir estas necesidades implica una manera concreta de relacionarse con el entorno, con la pareja, con los hijos, etc. Estas conductas serán el reflejo de la manera de entender la vida de la persona y su horizonte de consciencia no permitirá ver más allá.
Se ama a través del trabajo esforzado día a día, trayendo el dinero y el sustento a la casa, con sacrificio y esfuerzo. Se ama a través de los alimentos, cocinando y nutriendo, preocupándose mucho por el estado de salud de los seres queridos, sacrificándose por ellos e, incluso, a través del sufrimiento. También satisfaciendo la demanda sexual básica, teniendo hijos que aseguren la continuidad de la familia y del apellido.
Sacrificio, esfuerzo, sufrimiento, preocupación, posesividad, miedo… son algunas de las emociones y actitudes que caracterizan a este amor.
¿Cómo se percibe el amor y la vida en el segundo escalón de la Pirámide de Maslow?
– Necesidades de seguridad y protección: defensa, estabilidad, orden, conservar, proteger…
El amor en este nivel de consciencia trata de satisfacer la necesidad de seguridad y protección, creando un entorno vigilado, controlado o seguro. Para ello el concepto de tribu, clan o familia ha de ser cerrado y protector. Se necesitan reglas que aseguren esa protección, jerarquías que hagan que se respeten, leyes firmes y estructuras rígidas y fuertes. Así, amar significa proteger, pero también obedecer, depender, mantener lealtades, no ser diferente y no querer salirse del sistema.
El amor en este nivel no es individualista sino grupal: “todos para uno y uno para todos”. Además, el amor está jerarquizado, siguen presentes patrones de sacrificio y sufrimiento, pero ahora se añaden la vulnerabilidad, el sometimiento, el chantaje emocional, la obediencia, la lealtad, el sentido de deuda al grupo o a la jerarquía. Tendencia a zona de confort cerrada en la que los nuevos miembros externos (novios/as, nuevas parejas) son observados con recelo. El clan necesita poner a prueba la lealtad para aceptar.
Sobreprotección, autoridad, jerarquía, lealtad, obediencia, normas, pactos familiares, sentido de clan… son algunas de las emociones y actitudes que caracterizan a este tipo de amor.
¿Cómo se percibe el amor y la vida en el tercer escalón de la Pirámide de Maslow?
– Necesidades de pertenencia y sociales: pertenencia, afectividad, aceptación, identidad, familia, afiliación, amistad, asociación.
El amor en este nivel de consciencia trasciende el sentido de pareja y familia, ya no es cerrado. La persona necesita la pertenencia y la afectividad de manera más amplia. Es un amor más inclusivo y generoso, con menos miedo a mostrarse hacia los demás, ya que su interés no está en el círculo familiar y en la protección sino en la expansión. El ámbito de la lealtad se amplía a la comunidad, al equipo de trabajo, a las asociaciones; la persona expresa amor y se siente amada en el grupo. Tampoco le basta con el cariño de la pareja o de la familia, son necesarias relaciones sociales constructivas en las que la persona se sienta útil, aceptada, apreciada, etc.
Por todo lo explicado anteriormente se dirige parte de la energía de amor hacia el exterior y la persona se nutre también de esa energía, sintiéndose parte de algo más grande que ella misma o el grupo cerrado y pequeño de la familia o el clan del nivel de consciencia anterior.
Asociacionismo, solidaridad, lucha social y reivindicación, búsqueda de objetivos comunes, pertenencia al grupo de amistades, participación en ONGs, son necesidades relacionadas con el amor en este tercer nivel.
¿Cómo se percibe el amor y la vida en el cuarto escalón de la Pirámide de Maslow?
– Necesidades de reconocimiento, respeto y éxito: independencia, libertad, éxito, reconocimiento, prestigio, competencia, etc.
El amor en este nivel de consciencia está vinculado al reconocimiento interno y externo. La persona necesita amarse a sí misma desde su autovaloración y autoconcepto y, a la vez, necesita sentir el amor a través del respeto, la admiración, el estatus y el reconocimiento de los demás. De este modo sus acciones irán dirigidas a sacar partido de sus talentos y cualidades para conseguir un alto nivel de competencia que le proporcione valía ante sí misma y ante los demás. Esto implicará conseguir el amor de los demás en forma de reconocimiento, aprecio, admiración, etc.
El amor en este nivel de consciencia necesita mayor margen de libertad e independencia para la realización profesional y personal. Demanda o espera igualdad de valoración en la pareja, reconocimiento de la valía y respeto a las necesidades profesionales y personales. La pareja no es el centro absoluto de la vida, por lo que otros centros de interés cobran importancia. Las prioridades han de ser negociadas para que la persona se pueda desarrollar.
Sentido de equipo en la pareja, igualdad, reconocimiento, respeto, libertad, apoyo, ánimo, coordinación, negociación, comprensión, son necesidades en este nivel.
¿Cómo se percibe el amor y la vida en el quinto escalón de la Pirámide de Maslow?
– Necesidades de autorrealización: evolución, desarrollo interior, desarrollo del potencial interior y vocacional, búsqueda espiritual, altruismo, armonía, serenidad, etc.
El amor en este nivel de consciencia está vinculado a la posibilidad de la persona de desarrollarse en su potencialidad interior: lo vocacional, lo personal, lo emocional, lo espiritual. Esta búsqueda interior precisa de un grado de libertad importante, ya que la persona necesita dedicar tiempo, energía y recursos a su propio desarrollo, para esto es importante el apoyo y comprensión de la pareja. El amor ha de ser comprensivo, cómplice, compañero y alentador del desarrollo, no ha de limitar a la otra persona por miedo a su desarrollo ni por miedos, conflictos o complejos personales.
Las necesidades en el amor están vinculadas a esa búsqueda de desarrollo interior. Se precisa un amor tolerante, comprensivo, acompañador, respetuoso, compartido. Una relación en el que sea posible la comunicación de lo que se siente y lo que uno/a es interiormente sin miedo. Es importante que la pareja sea capaz de aceptar los procesos de evolución, pues la persona vive en transformaciones internas que se proyectan hacia el exterior.
Comunicar, compartir, acompañar, evolucionar juntos, ayudarse en los procesos de evolución, son necesidades en este quinto nivel que se sienten como expresión de amor.
El concepto clave: horizonte de consciencia
El horizonte de consciencia es el límite de consciencia que define a cada persona en su relación con el yo, con los otros y con lo otro. Es decir, es la capacidad máxima que cada persona tiene para observar, relacionarse, interaccionar y comprenderse a sí misma, a las demás personas y a la realidad en la que vive.
Esta capacidad no depende de la edad, el género, la cultura, la religión, los estudios o cualquier otro condicionante externo. Depende fundamentalmente del Ser Interior, ya que la consciencia es una función del Ser. Así pues es la edad del Ser y su recorrido trascendente los que determinan el nivel de consciencia de cada persona.
El horizonte de consciencia determina hasta qué profundidad y amplitud la persona es capaz de comprender la realidad, sea en clave de amor, de necesidades, de emociones, de conductas o cualquier otro parámetro. Si bien cada nivel de consciencia es inclusivo del anterior, no siempre desde un nivel de consciencia más amplio se puede comprender la postura de otra persona en un nivel menos amplio. Es ya en los últimos niveles cuando se empieza a comprender y respetar los demás niveles de consciencia.
Una persona no tiene por qué estar de manera única o pura en un solo nivel de consciencia, es natural tener características de dos niveles ya que se puede vivir en un proceso evolutivo que implique estar saliendo de un nivel y entrando en otro, incluso rozando un tercero. Ello facilita el encuentro y la comprensión con otras personas.
¿Qué pasa si dos personas que se aman están en diferente nivel de consciencia?
Si los niveles de consciencia son consecutivos las dos personas pueden tener algunos de sus intereses y necesidades en común. Pero si los niveles de consciencia no son consecutivos la comprensión de la realidad, aquello que se percibe como realidad y como necesidad, serán diferentes. Esto puede llevar al desencuentro y al no entendimiento una vez que el enamoramiento deja paso a la construcción del amor.
Cuando la convivencia o el tiempo de relación ponen de manifiesto las diferencias en los niveles de consciencia ocurre que la manera de entender la vida de cada persona se manifiesta como una necesidad, unos proyectos (o ninguno), unas inquietudes y gustos, etc. Si no son comprendidos, respetados y aceptados por la otra parte puede llegar a surgir el desencuentro, la desilusión, la frustración de expectativas y el conflicto.
¿Opciones, soluciones, alternativas?
Cuando la diferencia en los niveles de consciencia es de un solo nivel el camino puede ser la comunicación fluida, honesta, respetuosa y basada en un sentido de apoyo mutuo y de equipo.
Opción: trabajo en equipo desde el Amor y la consciencia, evolución, comprensión, comunicación…
En caso de que haya más de un nivel de consciencia de separación se hace necesario un trabajo de ampliación de consciencia para la persona menos desarrollada, así como el apoyo de la pareja y el trabajo conjunto y respetuoso.
Opción: desarrollo personal, trabajo en pareja, apoyo mutuo y voluntad de cambio.
En caso de posiciones enfrentadas, de no disposición al trabajo personal ni en pareja el conflicto será una respuesta natural del sistema, ya que vive sometido a tensiones conscientes e inconscientes que no sólo afectarán a la pareja sino a otros elementos que formen parte del sistema como hijos/as, sistema familiar amplio, negocios, etc.
Opción: aceptación consciente de la situación y toma de las medidas que sean necesarias para devolver la armonía al sistema y a las personas, incluida la separación no traumática.
Como se ha podido comprobar, el amor no es una cuestión sencilla ni ceñida a un ideal romántico, una atracción sexual o una conveniencia social. Es un sentimiento y una emoción que puede evolucionar y mostrar múltiples facetas, por lo que conocerse y comprenderse a uno mismo/a y a la pareja en la manera de amar es importante para una relación sana, armoniosa y enriquecedora. Una vez más, en esto como en tantas cosas todos/as somos almas en proceso.