“El tiempo es oro” es una frase comúnmente conocida que bien atribuye a este misterioso fluido un valor magnánimo. Cronos, de la primera generación de dioses mitológicos griegos, dios del tiempo lineal y secuencial (los antiguos griegos tenían tres dioses del tiempo: Cronos, Aión y Kairos, cada uno con sus particularidades) se traga y devora literalmente el tiempo, nuestro tiempo. No hace distinciones de ningún tipo; su avance imparable y silencioso engulle vidas enteras, segundos de experiencias, oportunidades y objetivos. No deja nada más que el recuerdo de lo que fue.
Saber y poder gestionar a este dios, aparentemente cruel, no es fácil aunque tampoco imposible. Es habitual que en algunos procesos terapéuticos se haga hincapié en este aspecto. Algunas personas se pierden tratando de organizarse, otras carecen de una percepción “real” del transcurso de los minutos y de la elasticidad de las horas, otras aun creen que todo el tiempo del mundo les pertenece, creencia totalmente errónea que lleva a una fatal frustración cuando se dan cuenta de, no sólo el tiempo que han perdido, sino del poco que les queda para llevar a cabo todo lo que desean.

En la revista OCU SALUD, número 129/ diciembre 2016-enero 2017, páginas 34-36, hemos encontrado este práctico artículo que consideramos ineludible compartir. Reproducimos los doce consejos que nos ayudarán a gestionar mucho mejor nuestro tiempo.

Para que el hambriento Cronos devore nuestro tiempo cargado de proyectos y objetivos cumplidos.

12 IDEAS PARA USTED Y SU TIEMPO
1) Planifique anticipadamente sus tareas y ponga en práctica esa planificación. Sea constante. Hay diversos métodos y no necesariamente uno es mejor que otro. Por ejemplo, el domingo haga una lista de las tareas que desee llevar a cabo durante la semana siguiente. Cada noche vuelva a ella para comprobar las que ha llevado a cabo ese día y precisar las que realizará al día siguiente.
2) Conforme vaya familiarizándose con el sistema, planifique tareas a corto, medio y largo plazo. Asígneles incluso un tiempo. Si tiene dificultades para cumplir con todas las tareas o compatibilizarlas con su tiempo de ocio es señal de que su planificación falla: o quiere hacer demasiadas cosas o quizá no era consciente del tiempo que realmente dedica a cada tarea (deberá modificar los tiempos). No significa que no esté en el buen camino: nada mejor para planificar que ser consciente del tiempo que cada tarea demanda.
3) Establezca un orden de prioridades y aborde las tareas una a una. Primero lo urgente (lo que no puede demorarse y después lo importante, de mayor a menor grado.
4) Tenga siempre en mente cual es el objetivo de cada tarea y el grado de exigencia y minuciosidad que realmente requiere. (¿Es indispensable planchar las camisetas de los niños, o basta con tenderlas derechas y guardarlas bien dobladas?).
5) Evite posponer las tareas que más le desagradan (salvo que ese aplazamiento sea consecuencia de la propia planificación). Todos tenemos tareas que no nos gustan o que nos dan pereza, pero por tentador que parezca en el corto plazo no hay nada más estresante que acabar un trabajo que nos disgusta bajo la tensión de un plazo que vence ya.
6) Desglose las tareas de gran envergadura en otras más pequeñas y factibles. Le resultará más sencillo planificarlas e irá acumulando logros parciales que le harán más llevadero el camino.
7) Sea flexible. Lo inesperado no puede planificarse. Reserve incluso un tiempo de su jornada para interrupciones o tareas imprevistas.
8) Concéntrese en lo que está haciendo y “olvide” todo lo demás. En cada momento lo que tiene entre manos es lo más importante. A cada tarea le llegará su hora. Lo contrario solo hará que se desconcentre, lo haga peor e incluso se retrase. Aplique esa máxima también a los emails y wasap, fuente continua de distracciones: consúltelos sólo en momentos concretos y no esté pendiente de ellos todo el rato.
9) Compartimente las tareas y delas por concluidas una vez que el objetivo que perseguía esté alcanzado. No siga trabajando para mejorar el resultado “hasta el infinito”, a veces de forma obsesiva, sólo por el hecho de disponer de más tiempo.
10) En las reuniones, no lo deje todo a la improvisación. Prepárelas, empezando por definir objetivos y resultados que quiere obtener. Reevalúe si se están cumpliendo.
11) Aprenda a decir no. Ni su tiempo ni su capacidad de aguante son elásticas hasta el infinito. Este consejo es muy importante para quien trabaja por cuenta propia.
12) Delegue tareas o pida ayuda, tanto en el ámbito laboral como en su vida personal. Tal vez tenga que pagar porque le descarguen de trabajo, si tiene la fortuna de poder permitírselo. Considérelo una inversión en salud.

FUENTES:
– Revista OCU SALUD, número 129/ diciembre 2016-enero 2017, páginas 34-36.
– Kairos, Aión y Cronos: dioses de la gestión y el liderazgo. Eugenio Moliní

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