Apatía, insolidaridad, falta de ética, egoísmo, fanatismo, mentiras, fraudes, drogas, pederastia, robos, asesinatos, violencia, esclavitud sexual, engaños, explotación, mala educación, ignorancia, dictaduras, alienación, violencia contra la mujer, territorialismos, patriarcalismo, guerras, abusos de poder, sobornos, desequilibrios sociales, inadecuado reparto de la riqueza, irresponsabilidad personal y social, miedos, venganzas, intolerancia, racismo, machismo, fascismo, fundamentalismos religiosos, tortura y matanzas de animales inocentes, contaminación, deforestación y eliminación del medio ambiente…, todo esto (y más) está presente cada día, sea en la calle, en las noticias, en algún lugar de la ciudad, del país o del planeta. Esto lleva pasando desde que la especie Homo Sapiens surgió si lo contemplamos desde una mirada antropológica o desde que Eva y Adán fueron echados (¿por un ERE?) de su primer empleo. Por cierto, nunca he sabido qué edad tenían cuando aquello.
¿Nadie se ha preguntado por qué sucede?, ¿es que el ser humano es malo por naturaleza o es que el diablo campa a sus anchas por el planeta?
Indudablemente un porcentaje de todo esto se debe a personas desequilibradas mentalmente, familiarmente llamados locos y locas, personas que realmente están mal de la cabeza y que no siempre son conscientes ni responsables de lo que hacen. Pero en la mayoría de los casos me temo que no se trata tanto de locura como del nivel de consciencia en el que las personas viven. Por situarnos de manera muy resumida y utilizando la tan conocida Pirámide de Maslow explico en pocas líneas:
- Nivel 1. Necesidades fisiológicas. Supervivencia.
- Nivel 2. Necesidades de seguridad. Protección.
- Nivel 3. Necesidades de pertenencia y amor. Pertenencia.
- Nivel 4. Necesidades de estima. Reconocimiento.
- Nivel 5. Necesidad de autorrealización. Autorrealización.
Ahora veamos, grosso modo, cuánto porcentaje de población mundial vive en cada nivel:
- 80 % de la población mundial vive en los niveles 1 y 2.
- 19 y pico % de la población mundial vive en los niveles 3 y 4.
- 0 coma algo % de la población mundial vive en el nivel 5.
Teniendo en cuenta que la consciencia es la cualidad y capacidad de relación e interacción con el yo, los otros y lo otro, resulta que el 80 % de la población mundial se relaciona “en modo” supervivencia y protección, el 19 y pico % en modo pertenencia y reconocimiento y el 0 coma algo % en modo autorrealización. ¿Y nos extrañamos de que suceda todo el listado de cosas con el que inicio el artículo? Hay que tener en cuenta que nuestra parte instintiva, con tal de garantizar la superviviencia (nivel 1) y proteger lo conseguido (nivel 2) es capaz de hacer lo-que-se-a. Lo digo despacio para que se entienda.
Quiero recordar que el nivel de consciencia no tiene nada que ver con género, religión, orientación sexual, nivel económico, clase social, nivel académico, familia de origen, estirpe familiar o títulos nobiliarios, solamente tiene que ver con el proceso de evolución del Ser Interior. Hay presidentes/as de gobierno, obispos, jefes y jefas de grandes empresas, autónomos/as, maestros/as, barrenderos/as, etc. en todos los niveles. Pero el problema es que ese 80 % de la población en niveles 1 y 2 son muchos, aproximadamente unos 5.648.000.000 (cinco mil seiscientos cuarenta y ocho millones). Con estas cifras… algunas de estas personas caen cerca ¿no?
Una de las cualidades de los niveles más bajos es el egoísmo, sea individual, familiar, de clan o de tribu, ya que en estos niveles la percepción de la realidad tiene una serie de programas instintivos, emocionales y mentales tipo: “si no es de los nuestros es el enemigo”, “si ellos están mejor nosotros estaremos peor”, “si ellos ganan nosotros perdemos”, “lo desconocido es potencialmente peligroso”, “primero yo y los míos y si queda algo que aprovechen otros”, y así cientos de programas en los que el miedo, el egoísmo y el egocentrismo priman como recursos de supervivencia. Y lo cierto es que estas personas no tienen la culpa de sentir y pensar así…, su horizonte de consciencia no llega más lejos.
¿Qué podemos hacer? Voy a dar mi opinión personal y profesional, por si sirve de ayuda en algo. Para empezar creo que es fundamental que cada persona mire hacia adentro y asuma el hecho de que puede evolucionar hacia maneras de relacionarse con la vida cada vez más conscientes. Ese aceptar y querer cambiar es primordial. Así que el cambio empieza en el interior de cada persona, sea cual sea su nivel. Esto se puede hacer tanto de manera autodidacta como a través de formaciones en desarrollo personal, emocional y de consciencia. Hay lecturas, videos, conferencias, clases, grupos de trabajo, formaciones…, las posibilidades son muchas, cada persona ha de encontrar su estilo, aquello que le haga sentir a gusto.
Para continuar creo indispensable aprender a relacionarse con el consumo de manera sana, ya que el consumismo es el medio más importante de alienación que posee la sociedad occidental y sus dirigentes (los verdaderos, no los políticos marioneta). Hay que tener en cuenta que el ego es un gran consumidor de cualquier cosa, pues es la manera que tiene de hacernos creer que se va a calmar y, al mismo tiempo, de estresarnos, mientras que la consciencia no necesita consumir tanto para sentirse plena y serena. Y no olvidemos que la moneda con la que pagamos lo que consumimos no es el dinero, es el tiempo de vida y la energía que vendemos para conseguir ese dinero. A más consumo menos tiempo en nuestra cuenta corriente de la vida. Pero sin dramas…, todo en su justa medida.
Y, por no alargar la cosa, podría decirse que la educación de nuestros hijos e hijas en consciencia también puede favorecer que esa humanidad pueda crecer en lugar de autodestruirse. Ellos son el futuro, nosotros el presente. Si sembramos consciencia en ellos ésta florecerá en los tiempos venideros. Para eso es necesario relacionarse con ellos desde el respeto y el Amor, dedicándoles tiempo, jugando, hablando, educando, dando ejemplo, siendo coherentes con lo que queremos construir. Pero claro, para educar a otros antes hay que educarse a uno mismo/a…, y eso conlleva tiempo y esfuerzo. Cuanto primero empecemos a caminar antes llegaremos al destino. ¿Quién se apunta?
José Antonio Sande Martínez
Noray Terapia Floral